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AllxXander

viernes, 25 de abril de 2008

Modernización

Luego del periodo colonial, los países de Centroamérica buscaron garantizar su sobrevivencia al integrarse al modelo económico con el implemento de algunas medidas que variarion según la nación. En El Salvador se estableció un modo salarial, donde los colonatos realizaban pagos simbólicos -con alimentos o pequeñas cantidades de dinero- a las personas que trabajaban en las siembras de ciertos cultivos, entre los que se destacó el café.


Los países del Norte demandaban materias primas, lo que permitió que las naciones centroamericanas puedan integrarse al mercado. El Salvador optó por el café. Muchos terratenientes permitían que la gente viviera en las parcelas, siempre y cuando se dedicaran a sembrar este grano. En este modelo no era importante la formación de las personas, pues solo se necesitaba su fuerza para producir el producto. Sin embargo, existió cierto temor porque los trabajadores probasen el grano, dado que podrían robarlo. Ante esta situación, a los salvadoreños se les implantó el gusto por una mezcla, de acuerdo a lo que dijo Roxana, de café y maíz quemado, de manera que no consumieran el mismo café que venderían a los países del norte. Lo irónico es que una empresa local, Café Listo, retomó este sabor y lo vendió a los salvadoreños. Esta medida fue puesta en práctica para proteger al producto que le permitiría al país ingresar en el mercado mundial, pues esta era la prioridad.






De este modo, los salvadoreños no tuvieron acceso a la misma calidad del producto que se consumía en los países a los cuales lo exportaba. En este momento, parecido a lo que ocurre ahora, importaba más producir para exportar que para el consumo local. El Salvador quiso ser tan desarrollado como los países del Norte y por ello adoptó la exportación masiva de café como medio. Este país quiso entrar en el proceso de modernización de una manera muy forzada. A pesar de que la nación entró en el mercado mundial, no aplicó en el desarrollo del país los ideales de la modernidad (libertad, igualdad y creencias).


El Salvador falló en este momento en el intento de "llegar a ser como" al momento de plantear su desarrollo. Nuestra historia nos marca y nos hace distintos, por lo que tenemos que generar nuestro propio desarrollo en función de la nación.

viernes, 18 de abril de 2008

Globalización económica


La globalización, de acuerdo al Lic. Mario Rodriguez, docente de una universidad guatemalteca, se puede explicar como un aspecto que ilustra la realidad inmediata y que tiene un desarrollo significativo en lo económico. Este proceso, en lo económico, tuvo su auge al término de la guerra fría, dado que desde este momento ya no hubo un modelo alternativo, para la economía mundial, que el del mercado. A partir de esto se elaboró una reconfiguración de la economía mundial, basada en ideas neoliberales como la del libre comercio. Latinoamérica sería parte de este juego a través de esta última. Para ello se desarrolló, en 1990, una serie de medidas que los países latinoamericanos debían emplear para ajustarse a un modelo de desarrollo y entrar así al mercado. Los TLC son producto de esta iniciativa.


Sin embargo, son los países del norte quienes se ven más beneficiados con los ideales neoliberalistas, puesto que ellos necesitan materias primas de los países en vías de desarrollo. Estos, por su parte, se encargan de mejorar las vías de circulación, no tanto por beneficiar a las personas, más bien por la inegridad del comercio internacional; es decir, para que las compañías tengan un camino aceptable por el cual transitar. El intercambio de materias primas por financiamiento no es la gran solución ante la pobreza de estas naciones. De aquí es que se deriva en problemas como la actual escasez de productos de la canasta básica de El Salvador.

Por la razón anterior, entre algunas otras, se habla de una deshumanización, como producto del proceso globalizador. A la globalización, a la económica, no le interesan las personas, pues estas no le benefician en mucho; se interesa por consumidores, aquellos que logran que el mercado siga circulando. Es en este sentido que se habla de pérdidas de principios y valores que, como humanos, nos corresponden.

La continuación de este proceso, el de la globalización, ha tenido repercusiones en la elaboración de identidad de las personas, pues las certezas que se lograban antes son cuestionadas. En épocas anteriores, la identidad se formaba, entre otra fuentes, de espacios geoculturales como la nación y las instituciones (religiosas, laborales y sociales). En la actualidad hay nuevos espacios posibles para generar identidad, entre ellos se puede incluir el de la música.



La globalización económica ha sabido también aprovechar estas dudas sobre la identidad que, en cierta forma, fue producida por este mismo proceso. Ante la necesidad de las personas, o consumidores, de sentirse identificados, las empresas han respondido con las marcas. El sentido de generar una marca es el de hacer que las personas se sientan identificadas dentro de una comunidad en la que compartan símbolos significativos.





Sin embargo, la idea simplificar la vida en cortas oraciones es muy reduccionista, dado que la vida supone una gran complejidad de situaciones. Pero así son las identidades entendidas desde el punto global. Es nuestro papel, como comunicadores, asegurarnos de crear sentido en cualquier comunidad simbólica de la que formemos parte, ahora y en el futuro.

domingo, 13 de abril de 2008

Globalización Cultural

(Les ruego me disculpen si esta entrada llega a sentirse aburrida para ustedes. Periodismo ha limitado a casi nada mi inspiración para escribir)




En El Salvador, la identidad nacional está muy fraccionada. A un local le resulta más complicado representar la salvadoreñidad que a un argentino su argentinidad. Lo anterior, entre otros factores, sucede porque la memoria histórica de la nación se ha visto muy accidentada y se han dejado en el olvido vínculos importantes para la historia del país. Puede que le resulte más fácil a un salvadoreño adaptarse a las redes de flujo, es decir, la consideración de migrar en busca de otras posibilidades, y construir una identidad desde fuera del país.




La cultura crea identidad, sentidos y conocimiento. La globalización se vive también desde la cultura, pues esta es la que da paso a las diferentes comunidades simbólicas en las sociedades. En la actualidad, hay múltiples opciones de donde escoger para conformar una identidad. Sin embargo, las condiciones no son las mismas para todos los grupos culturales. Para que una cultura exista tiene que ser visible y reconocida como tal. La identidad se construye a partir de la oposición con otros grupos culturales. De esta manera, las culturas tradicionales se ven confrontadas con las modernas. Por esta razón, la cultura se convierte en un espacio de tensión, ya que algunos se conectan con las identidades dominantes y otros no lo hacen.



Los indígenas en El Salvador han sido un grupo cultural que la nación invisibiliza. Como dijo Mario Mata, docente de la UTEC: "el indígena ha quedado perdido en el tiempo y en el espacio".


La etnia indígena ha sido víctima de constantes marginaciones a lo largo de la historia de nuestro país. De acuerdo con lo que dijo Amparo Marroquín, el año pasado, la masacre del 32 no fue producto de reclamaciones de tierra por parte de los indígenas; lo que pedían era una reinvindicación cultural, que se les reconociera como tales. Figuras representativas de esta etnia, como las 'panchas' de Panchimalco y Esquino Lisco, han luchado para que la sociedad salvadoreña les acepte y que reconozca que esta etnia ha sido parte importante en nuestra historia. Parte que algunos prefieren borrar o simplemente dejar en el olvido. De esta manera, coincido con el punto de vista de Mario Mata, ya que nos invita a repensar los elementos que constituyen la salvadoreñidad, pues en esta identidad nacional fraccionada hace falta adicionar elementos que la enriquezcan.

Sin embargo, la tarea no es fácil. En este periodo donde predomina lo moderno hacer que un grupo cultural tradicional se destaque resultará un poco complicado. Crear una conciencia indígena requiere una gran responsabilidad. Los comunicadores tendrían que servir de mediador entre este grupo cultural y el estado salvadoreño. Por otro lado, también se necesita una iniciativa más fuerte por parte de los movimientos indígenas. Por último, sería obligación del estado incluir a este sector en el proceso educativo, para que los salvadoreños sean concientes de la importancia de los indígenas en la identidad salvdoreña.



La profesora Sandra Patricia de Caridad se encarga de impartir las clases del Pipil Nahuat (Nahuatl) en un centro escolar de Nahuizalco, Pavlo Sexto, departamento de Sonsonate, El Salvador.




viernes, 4 de abril de 2008

Sunscreen

ESTO NO ES NADA. TAMBIÉN ES TODO. ES UNA JOYA QUE ME AYUDA A DESENCHUFARME DE TODO DE VEZ EN CUANDO.


jueves, 3 de abril de 2008

¿Globa qué?




La globalización ha planteado un modelo de sociedad donde se premia a la competitividad. Este ideal es bastante selectivo, puesto que se reconoce al 'mejor', lo que significa que muchos otros quedan fuera. En este modelo se le exige al indviduo mantenerse en el éxito y alejarse del fracaso.



El proceso denominado globalización no ha sido creado por nadie, sino que ha sido resultado de las dinámicas económicas, tecnológicas y sociales de la humanidad en las últimas décadas. Su desarrollo ha implicado un nuevo perfil para los sujetos sociales, es decir, hombres y mujeres del nuevo siglo. A estos se les exige, entre otras cualidades, ser proactivos, competitivos y estar a la vanguardia en el dominio de múltiples herramientas.



La utilización del modelo que demanda la globalización repercute, de manera muy grave, en lo social. Las personas no deben aferrarse a la idea de que un trabajo les generará estabilidad, ya que la competencia les hace vulnerables. El individuo tiene que ser capaz de reinventarse para integrarse al modelo. Las migraciones, por ejemplo, son resultado del alto grado de exclusión generada por este ideal competitivo de las nuevas sociedades. Por otro lado, cada vez hay menos lugar para la memoria histórica de un país, dado que el sentido de aferrarse a lo local se ve confrontado con la idea de que vivimos en una aldea global. Por último, la globalización propicia espacios para la desigualdad en las sociedades. Hoy en día es no es muy difícil encontrar, en zonas urbanas, lugares donde lo precario y lo ostentoso convergen.

Con todo esto, se puede encontrar alguna dificultad al momento de querer integrarse al modelo sin cuestionarlo. La globalización es un proceso que, en cierto modo, deshumaniza.